Hecha Polvo
Este escrito fue hecho a finales del 2012
y ahora que lo vuelvo a leer, vuelvo a sentir ese coraje por mi estómago.
Dedicado a ti que tantas veces me hiciste enojar.
¿Alguna vez han sentido como el corazón se hace polvo? ¿Cómo
las mariposas que revoloteaban de felicidad mueren a cuchillazos en 4 segundos?
Es impresionante la manera en la que el cuerpo responde ante el baldazo de agua
fría de ver a tu “crush/date/algo” besando a otra intrusa. Y es que claro, te
pones a verlo desde tu ego y ella es la entrometida, ella es la que lo sedujo y
ella tiene la culpa de tu malestar estomacal. Pero a ver, detengamos la escena,
congelemos ese doloroso momento y analicemos fríamente. Si ella está ahí
besándolo, puede que ella ni sepa de tu existencia, pero él, él lo sabe
perfectamente y sabe también tu ubicación y en su cabeza los 10 metros más
próximos a ti son el lugar ideal para poder empezar su noche amorosa con la nueva
víctima.
¿Es en serio? ¿Seguro debo estar soñando? ¿Qué es lo que
tiene en la cabeza? ¿Mierda? Esa y mil preguntas más pasan por tu mente y las
de tus amigas que fungen como espectadoras de semejante función. Y pues nada,
que la maravillosa respuesta que pareciera ser la única es: LE VALES MADRE,
comper.
No hay otro motivo, justificación o pretexto. A él le
importa un bledo lo que tú puedas estar sintiendo, pensado o diciendo. Él es
Mr. YO y sólo va a preocuparse porque él la pase bien, que el resto del mundo
se detenga si quiere, mientras él sea feliz, no importa su alrededor.
Sí, sí estoy muy molesta – hasta ardida- pero estoy molesta
conmigo, estoy emberrinchada con mi manera de involucrarme con alguien que no
tenía nada que ofrecer, más que dramas de este tipo. Estoy molesta con la
manera de bajar mi dignidad a cero permitiéndome ser testigo de cómo me hacen
basura en varias ocasiones. ¿Qué necesidad de estar ahí? ¿Qué es lo que te
detiene para avanzar? ¿Por qué aguantar estas humillaciones? Es momento de
decir hasta aquí y con toda una docena de producto de gallina en las manos darle
vuelta a la página. Porque yo valgo más que una conquista de fiesta.
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